Compás de espera

«No tenemos ansiedad por ganar. Solo se han disputado dos jornadas, por lo que no podemos cambiar nuestra forma de jugar. Hemos de creer en lo que hacemos». Parece mentira que el discurso pertenezca al entrenador de la UD Almería, el debutante Francisco, de tan solo 34 años. Pero el almeriense quiere ser profeta en su tierra y, por el momento, no le tiembla el pulso para defender el buen trabajo de sus hombres. Es cierto que los andaluces plantean un juego atractivo de toque y transición rápida defensa-ataque, pero eso se ha traducido en un punto de seis posibles. Por su nula experiencia en la categoría ya han surgido las primeras voces discordantes. Hay quien compara a los rojiblancos con el Celta de la pasada campaña: mucho juego, pocos puntos. Esto acaba de empezar. Además, no se puede exagerar cuando en los dos primeros encuentros, ante Villarreal y Getafe, el Almería iba por delante en el marcador faltando diez minutos. En todo caso se podrá aducir que el equipo peca de novato, ya que los goles que ha recibido al final han sido consecuencia más de errores que de aciertos del rival. Por ejemplo, el autogol de Dubarbier frente a los de Marcelino y el absurdo penalti de Rafita ante los de Luis García. Al igual que los fichajes, en Primera un despiste se paga caro. Por eso la directiva ha tirado de austeridad y ha focalizado sus esfuerzos en reforzarse con puntales de Segunda, cedidos de equipos importantes y profesionales con la carta de libertad. En total solo ha invertido 30.000 euros, lo que ha costado Óscar Díaz. Desde distintos foros se ha alzado la voz para pedir a la directiva un último esfuerzo a la hora de apuntalar la plantilla, sobre todo, en el centro del campo. Si cayera hoy también, hasta el lunes queda tiempo.

Que la crisis afecta también al fútbol es una evidencia y el Tenerife es un buen ejemplo de ello. El conjunto chicharrero solo ha estado dos temporadas en Segunda División B pero durante ese tiempo ha sufrido en sus propias carnes lo que significa perder patrimonio. De ser un equipo de Segunda ascensor no le quedó más remedio que cambiar el chip y comenzar de nuevo. Continúa sin dinero, por lo que se ha visto obligado a mantener el bloque de la pasada campaña y partir de ahí a cruzar los dedos para que los refuerzos mejoren el nivel de la plantilla. De las nueve adquisiciones sólo Raúl Cámara, experimentado lateral del Xerez, posee cartel en la categoría de plata. El resto son profesionales humildes que han hecho carrera en Segunda B. Por eso, el papel de Álvaro Cervera, ex Alicante CF, adquiere una especial trascendencia. La directiva ha depositado de nuevo en él su confianza con la esperanza de que su trayectoria y personalidad sean suficientes para sacar lo mejor del grupo y que la permanencia sea una realidad. Para ello Cervera espera la llegada del anhelado «nueve». Esto acaba de empezar pero, por lo visto en pretemporada y en la primera jornada de Liga, el Tenerife va a sufrir para alcanzar su objetivo. Desde luego que al encuentro llega a medio gas. Solo ha disputado cuatro amistosos en verano. Es cierto que no perdió ninguno y que le endosó cinco al Rayo (a la media hora de juego Paco Jémez sacó del campo a los titulares). En el fútbol todo puede pasar. Lo que tienen a favor los locales, aparte del ambiente del Heliodoro, es que saben sus limitaciones. Su planteamiento se centrará en no recibir goles, que esté fino Aragoneses, y en hacer buena alguna contra o acción a balón parado. 

En el buen camino

Salvo Griezmann, la Real Sociedad ha viajado con todo su arsenal a Elche y dentro de esa plantilla destacan los futbolistas zurdos. Aparte del francés están Íñigo Martínez, Chori Castro, Carlos Vela y Haris Seferovic. A ellos habría que sumar a Bravo, Zurutuza y Granero, jugadores importantes que se manejan con la diestra, aunque lo cierto es que el conjunto txuriurdín anda como un tiro gracias, sobre todo, a aquellos que disponen como pierna buena la izquierda. Quizá sea pronto para pronosticarlo pero este equipo va camino de hacer algo grande como en su momento hicieran Kovacevic, Karpin y De Pedro con el subcampeonato de la 02/03. Desde luego que la actual generación tiene mérito. Partiendo desde el banquillo, donde se sienta el debutante Jagoba Arrasate, un entrenador sin experiencia en el fútbol profesional que la pasada campaña era el tercer ayudante de Montanier. Con el firme comienzo de Liga ante el Getafe y la exhibición en el estadio Gerland de Lyon habrá convencido a más de uno de que puede conducir este barco. El mérito es aún mayor si se tiene en cuenta que el Real Madrid le quitó a una pieza fundamental para equilibrar el centro del campo como Illarramendi. Él ya se ha encargado de aleccionar a Zurutuza y a Bergara para que el proyecto siga creciendo. Con la reciente llegada de Granero gana pausa y experiencia, un aspecto necesario en este grupo donde la cantera asume bastante protagonismo. Pardo puede ser el próximo en llamar a las puertas de La Roja. También es curioso que en la actual plantilla haya trece supervivientes de Segunda (09/10). La paciencia y la apuesta por los valores han provocado que este histórico vuelva a sus orígenes. El final está por ver. De momento, el hincha lleva la sonrisa puesta.

¿Quién es quién?

El estreno del Elche en la elite será contra el octavo clasificado de la Liga anterior. A priori debería tratarse de un rival de cuidado. Pero seguramente esté lejos de la realidad porque este Rayo ha perdido buena parte de su esencia. De aquella plantilla que fue capaz de colocar al equipo en puestos de Europa League han salido Casado (Levante), Fuego (Valencia), Baptistao (Atlético) y Chory (Olimpiakos). Además, la RFEF impidió al club madrileño inscribirse en competición europea por deudas económicas por lo que, al no contar con esta fuente de ingresos, el proyecto deportivo ha perdido fuerza. Así se entiende que todos los fichajes que han aterrizado este verano hayan sido a coste cero. La precariedad rayista llega a tal extremo que ha sido incapaz de ganarle la batalla por un jugador a varios conjuntos de Segunda División. Con este panorama, resulta complicado imaginar que no pueda pasar apuros esta temporada. Más de un aficionado se echó las manos a la cabeza cuando leyó en el periódico que su equipo había caído 5-0 ante el Tenerife. Sin embargo, ahí es donde entra el factor Paco Jémez. El técnico canario, que parece no haber perdido un ápice de ilusión pese a las numerosas dificultades para sacar adelante el proyecto, es un maestro de la motivación. No sólo demostró el año pasado en Vallecas de lo que es capaz, sino que anteriormente en Córdoba hizo lo propio con un equipo plagado de jugadores desconocidos. Cambiarán los nombres pero no la forma de jugar. A buen seguro que los locales apretarán al Elche desde el minuto uno hasta el noventa, de igual forma que lo hará la afición. Esto es Primera, donde cualquier fallo no se perdona. Llega la hora de la verdad.

No sólo es Mario

«Hemos recuperado cosas que habíamos perdido en los últimos amistosos como la profundidad, el criterio y las ocasiones». Paco Herrera respiró aliviado hace una semana tras haber visto una buena imagen de su equipo ante el Getafe. Las sensaciones amargas que dejaron los amistosos ante Numancia y Osasuna, saldados ambos con derrota, escocieron. Y es que la temporada que espera al Real Zaragoza va a estar marcada por la máxima exigencia. De ahí que el lateral izquierdo Abraham haya dejado claro lo que les espera: «Nadie nos va a regalar nada porque seamos favoritos». Efectivamente. Por historia y plantilla los blanquillos están obligados a luchar por ascender de forma directa. Otra cosa será si son capaces de aguantar la presión. Para tal envite han contratado a un entrenador que sabe lo que hay que hacer para lograrlo. Así quedó demostrado en Vigo hace dos campañas. Tanto por aquel entonces como por ahora, el nivel de la plantilla acompaña. Más allá de que carezca de nueve puro, ante la salida de Helder Postiga, Herrera pondrá en liza en Alicante un once sin referencia como aquel Celta de Iago Aspas. El presumible 4-3-3 por el que aspostará el catalán está bastante definido. Quizá se cuele al final Víctor, que ha hecho méritos esta pretemporada. Lo que está garantizado es que no variará la forma de jugar de los maños. Siempre en corto, casi siempre combinando hasta la portería contraria. El mítico Leo Franco (36 años), que llega en forma, suele buscar a Mario Paglialunga. Como bien sabe el respetable del Rico Pérez, el argentino ve el fútbol con claridad. Quizá no con su regularidad, pero el Zaragoza tiene potencial en todas sus líneas.