El Numancia está de vuelta. Aún es pronto para saber si luchará por ascender a Primera. Sin embargo, su inicio liguero invita a la ilusión. Sin desplegar buen fútbol, se ha convertido en un equipo eficaz y, sobre todo, sólido. El rival del Elche es el menos goleado de la categoría con cuatro tantos en contra en ocho encuentros y aún no ha recibido un gol en Los Pajaritos. Estos datos indican el buen trabajo de la dirección deportiva tras decidir el cambio de fichas remodelando completamente la portería y la defensa. Iago Herrerín y Biel Ribas llegan para sustituir a Zabal y Edu Navarro en la meta soriana. En la línea defensiva, Regalón, Juanma y Satrústegui ocupan los puestos de Pavón, Culebras, Cabrera y Nano. Malón parece otro. Igual que Pablo Machín, que está demostrando que puede ser válido hasta el punto de alcanzar cotas insospechadas por la afición. El entrenador aboga por hacer buena la media inglesa de «ganar en casa y puntuar fuera». Los rojillos saben lo que quieren. Con menos fondo de armario en la retaguardia que la pasada campaña, hay menos fisuras. En este aspecto, tiene mucho que ver Nagore. Este viejo rockero es una pieza fundamental para el equilibrio del bloque. A su lado, Sunny, 14 años menor que Txomin, aporta una intensidad al juego contagiosa para el resto. Si además Julio Álvarez, Cedrick, Del Pino y Natalio se sueltan arriba hasta el punto de mejorar su puntería, el Numancia puede dar mucho que hablar. Por el momento, cierra la muralla. Pero cuidado con las contras. El Elche es el gran rival a batir y los contrarios llegan extra motivados.
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