jueves, 6 de enero de 2011

Capricho Drenthe


El caso de Royston Drenthe ha dejado al descubierto algunas de las miserias del fútbol. Del extremo izquierdo holandés era conocida su afición por salir de marcha. Durante su primer año en Madrid en 2007 chocó contra un coche de policía a las 4.30 de la mañana, mismo horario en el que hace unos meses se saltó 6 semáforos en rojo a 160 km/h en Alicante. Pero su último capítulo de indesciplina ha sido el más sonado. El argumento que ha empleado el díscolo fútbolista para reincorporarse una semana más tarde a los entrenamientos ha sido falta de cobro. Ausentarse de esta forma al puesto de trabajo solo puede darse en el fútbol porque en otro sector el trabajador estaría en la calle o como mínimo saldría mal parado. Sin embargo, Drenthe, de momento, solo ha recibido una sanción económica. Habrá que esperar a la convocatoria de Esteban Vigo para ver si el técnico decide castigarle deportivamente. Curiosamente, el holandés cobra gran parte de su sueldo de parte del Madrid, es decir, cerca de los 2 millones de euros. Sendoa, que también se mueve por el extremo izquierdo, tampoco cobra, ni una parte, ni nada parecido de otro club y jugó en Mallorca. De hecho, cuando le preguntaron el pasado martes por su opinión sobre el caso Drenthe respondió que se reservaba su opinión. Y éste es el principal problema para el club. Ahora tiene una patata caliente entre manos y ha de saber gestionarlo. Antes que la calidad del holandés ha de primar la profesionalidad del resto de la plantilla, si no el grupo se puede romper y el gran perjudicado será el Hércules.

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