Cristiano Ronaldo juega hoy una final particular. El Ansias, mote con el que es conocido en el vestuario del Madrid, está obsesionado con estrenar el casillero de títulos para Portugal y así tener más opciones de volver a recibir el Balón de Oro, la distinción más importante a nivel individual que ha ido a parar desde 2009 a manos de Messi. Derrotar a España le daría muchos números para alzarse de nuevo con dicho galardón. El «7» desea protagonismo. Encima, es el capitán de una selección en la que destacan la pareja de centrales Pepe-Alves y las bandas, desde los laterales Pereira-Coentrao a los extremos Nani-CR7. Porque todo acaba en él. Sin un 9 desde que no juega Pauleta (2006), comparte la condición de máximo artillero porque no ha sido más efectivo, ya que es el líder destacado en número remates. «Cuando se encuentra en el estado emocional actual es desbordante por su energía», subraya Alonso. La Roja sabe por la derrota (4-0) en el amistoso de 2010 que los lusos con espacios son desequilibrantes.
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