Es de agradecer, por los tiempos que corren, que surjan proyectos como el del Guadalajara, un club con apenas año y medio de historia en la División de Plata. Humilde, trabajador, alejado de la burbuja económica que rodea al mundo del fútbol en España. Por lo tanto hay que resaltar que la pasada campaña protagonizara un arranque sorprendente. No estuvo dos partidos sin sumar. Sin embargo, 2012 le sentó mal al equipo, que perdió poco a poco los puestos de privilegio que había conquistado con merecimiento. A la descendente trayectoria se unió en verano las decisión de Carlos Terrazas de prescindir de 17 miembros de una plantilla de 23. Entre ellos, Saizar, Soria y Moreno, profesionales que cumplieron sobradamente en el terreno de juego. Los casos de los destacados Ernesto y Aníbal fueron diferentes. El club quiso retenerlos pero acabaron en Recre y Sabadell. La revolución del entrenador tenía el fin de lograr un salto de calidad suficiente para optar a los puestos de play-off. Cabe recordar que en 2011 Terrazas aseguró que había «un plan para conseguir el ascenso a Primera al término de la 2013/14». Quizá a la tercera venga la vencida. Lo que es evidente es que para esta temporada los manchegos deben poner los cinco sentidos en alejarse cuanto antes de los últimos puestos de la clasificación. En la actualidad ocupan el equinto lugar por la cola. Una derrota hoy y la consecuente victoria del Racing en el Rico Pérez les situaría en descenso. Siendo cierto que llevan seis jornadas sin perder y que queda mucho, no es el momento de hacer castillos en el aire.
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