martes, 22 de enero de 2013

Bien acostumbrados


En el fútbol las rachas positivas y negativas suelen aparecer con frecuencia. Cuando un equipo va mal, cualquier despiste en defensa cuesta tres puntos; mientras que si las cosas van bien es a la inversa. El rival de hoy del Hércules, el Lugo, se encuentra en esta dulce situación. Justo en el momento en el que la gente empezaba a ponerse nerviosa porque las victorias no llegaban, pese al juego vistoso, Quique Setién ajustó las tuercas de los suyos y, en los últimos cinco partidos, ha sumado cuatro victorias y un empate. La clave del cambio reside en el buen funcionamiento del bloque. Si no había llegado antes es porque los rojiblancos necesitan un periodo de adaptación a la categoría. El compromiso es su mejor arma, si no sería impensable que Óscar Díaz llevara tantos goles en una posición que no es la suya o que José Juan, meta reserva, acumulara tres jornadas imbatido. En el conjunto gallego se cae un titular y entra otro que iguala el nivel. Ha ocurrido con Héctor Font y Rubén Durán, con Yoel y José Juan, y con Tonetto e Iván Pérez. Cuando las cosas se hacen bien, cualquier detalle suma. Aunque es pronto para saber hasta dónde puede llegar en la clasificación, en este momento tiene el descenso a diez puntos y el ascenso a dos. Así da gusto afrontar la segunda vuelta.

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