«De los equipos que están arriba, espero que el Alcorcón no ascienda porque da pena verlo». Así de sincero se mostró Quique Setién, entrenador del Lugo, al finalizar el partido de su equipo ante el Alcorcón, en el que el cuadro de Bordalás venció rodeado de polémica. El enfado morrocotudo del técnico santanderino vino fundamentado en que los jugadores alfareros «perdieron mucho tiempo». Las quejas de Setién, exageradas o no, evidencian la astucia con la que se mueve la escuadra amarilla. A Bordalás se le conoce bien en Elche y quizá muchas cosas no lleguen a sorprender, pero lo cierto es que los locales preparan sus partidos en Santo Domingo, según el rival de turno, como si de finales se tratara y hoy ante el líder se van a cuidar al máximo los detalles: la animación desde la grada, el estado del césped, la intensidad del equipo... Todo lo que sea necesario con tal de crear un ambiente irrespirable para los hombres de Fran Escribá. El ascenso directo está en juego. Girona, Villarreal, Almería y Las Palmas han mostrado credenciales para obtenerlo. Porque, a pesar de ser el tercer mejor equipo en casa, el Alcorcón solo ha sumado cuatro de los últimos doce puntos. Sporting y Racing se impusieron 0-1. Además, ha sacado adelante varios encuentros en los últimos minutos. Lo cierto es que su posición no es fruto de la casualidad. Desde hace varias temporadas mantiene el mismo bloque y su fútbol funciona como una máquina bien engrasada. El estilo lo tiene claro: defender para luego salir a la contra, y eso es un gran paso. Con Sergio Mora fuera de combate por lesión, el equilibrio en el medio es cosa de Abraham, que lo está bordando hasta el punto de que se ha asegurado jugar en la elite al firmar con el Espanyol. Alcorcón, que será la capital del juego europea con la inauguración de Eurovegas para 2017, también aspira a que sus ases en la manga le reporten el ansiado e histórico ascenso a Primera. Eso sí que sería un pelotazo y no lo de Sheldon Adelson.
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