sábado, 6 de octubre de 2012

El exigente test de Anduva


Es cierto que el Mirandés aún no se ha estrenado en su estadio. Después de tres partidos solo ha sido capaz de sumar un punto ante el Numancia (0-0). Pero Huesca y Racing tuvieron que sudar sangre para conquistar una ajustada victoria (0-1) en Anduva. La gradas están tan próximas al terreno de juego que los seguidores son una prolongación de la valla. A buen seguro que Escribá tendrá que hacer oídos sordos a ciertos comentarios para evitar encararse con alguien. Que se lo digan a Fabri. La presión ejercida por la caliente afición rojilla impresiona. Así lo perciben los jugadores, que sienten la responsabilidad antes de bajarse del autobús cuando al llegar les recibe un cartel que pone «Esto es Anduva». Sin llegar a ser Anfield, casi seis mil aficionados se dejan sus gargantas por su equipo. Un aliento que da alas a los rojillos. Lejos de plantear un fútbol directo se esfuerzan por derrotar al contrario dominando el juego. En casa la temporada pasada disputaron 18 choques con 12 victorias, 5 empates y 1 derrota. Es evidente que existen diferencias entre una categoría y otra, pero también es verdad que ha retocado bien la plantilla y que todo recién ascendido necesita un periodo de adaptación. El técnico Carlos Pouso achaca los malos resultados a «errores en la elección de las jugadas en los últimos metros». Antxón Muneta, que partirá en la mediapunta, tendrá mucho que decir y más con la baja de Pablo Infante, máximo goleador con dos tantos. Preocupa la falta de eficacia de Díaz de Cerio, un delantero curtido en la Real y el Athletic. De dicho club surgió César, el líder de la defensa. Dos jugadores experimentados, claves para volver a hacer de Anduva un fortín.

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