Cuando la pelota no quiere entrar da lo mismo jugar con tres delanteros. Algo así debió pensar Claudio Barragán el pasado domingo cuando su equipo, después de hacer méritos suficientes para llevarse el partido, acabó perdiendo en el último minuto ante el Xerez. La Ponferradina suele buscar la victoria siempre, sobre todo en El Toralín, con constancia desde que empezó la campaña. Como los resultados no llegan, Claudio decidió jugársela en el tramo final del pasado encuentro con tres arietes de perfil similar. Urko Vera salió por Lafuente y entonces se encontraron en el terreno de juego Yuri, Máyor y el vasco. La apuesta fue valiente pero ineficaz, ya que el cuadro que dirige Esteban Vigo cerró bien los espacios y los extremos locales fueron incapaces de desbordar con claridad para poner centros de calidad en el área. Si hoy vuelve a atascarse el partido, quizá el entrenador de la Ponferradina busque equilibrar al equipo y no solo apueste por la altura, sino por encontrar aquellas piezas que generen ocasiones de gol. Fofo y Moreno, especialistas en esta materia, cuentan poco. Otro que tampoco ha entrado en los planes es Didac, un joven atacante que por movimientos y asociación puede poner en apuros a la zaga herculana. Acorán y Wellington no pasan por un buen momento. Lafuente puede tener la llave. Pero hay que tirar con lo que hay. Que se lo digan al Hércules. Los alicantinos, no menos necesitados, se van a encontrar a un rival deseoso de volver a sumar los tres puntos después de dos derrotas seguidas. Además, para Mayor y Urko es un partido especial por toparse con su pasado. Toda motivación es buena para intentar que no se cumpla el dicho: El que perdona, lo paga.
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